sábado, 26 de marzo de 2011

NO, NUNCA

Las estrategia es cíclica. Los poderes políticos y militares del planeta se guiñan y ponen en marcha alianzas que siembran de seres humanos muertos la tierra. Y crean el consenso suficiente con la aquiescencia de los potentes medios de comunicación que les sirven de altavoces para hacer sus proclamas bélicas.
¿Quién nos tomó el pelo, Naciones Unidas o los aviones de la OTAN?
 
Porque la resolución 1973 del Consejo de Seguridad era para proteger la vida de las personas civiles libias bombardeadas por Gadafi. Y ahora resulta que los aviones de Francia, Estados Unidos, España e Inglaterra están arrojando misiles sobre aeropuertos carreteras y puentes con una cantidad todavía indeterminada de víctimas inocentes. ¿Se protegen civiles matando civiles?

La llamada operación “Odisea del amanecer” en Libia no persigue, por tanto, la protección de la población, no persigue el respeto a los derechos humanos, ni tampoco la democracia o la libertad para sus habitantes. Además, la historia ha demostrado de forma reiterada como las intervenciones militares no resuelven los conflictos sino que los agravan, desatan incrementos de violencia o de nuevas intervenciones bélicas con un alto número de víctimas civiles, violaciones continuas de derechos humanos y sociedades desestructuradas con gobiernos títeres de occidente que no destacan precisamente por su carácter democrático.


 
España ha vendido desde 2005 armas por valor de 10,7 millones de euros a Libia y durante el primer semestre de 2010 le exportó equipamiento militar por valor de 6,8 millones de euros. Zapatero y el Gobierno Español practica la doble moral atacando a quien ha vendido armas en su propio beneficio hasta hace unos meses, y además financia una guerra cuando se están aplicando recortes sociales injustificables.

Nos hablaron de una zona de exclusión aérea, es decir, impedir que los aviones de Gadafi despeguen para bombardear a su propio pueblo. Pero ahora resulta que no es zona de exclusión aérea, sino zona de incursión aérea.

Zapatero ,Obama, Cameron y Sarkozy dicen que están bombardeando Libia por “razones humanitarias”. ¿Quién puede creerles si son ellos mismos los que están apoyando dictaduras igualmente crueles como la de Bahrein y la de Yemen ?¿Será porque en Bahrein está la quinta flota estadounidense cuidando el paso del petróleo? ¿Será porque Yemen es su mejor bastión en “la lucha contra el terrorismo” de Al Qaeda, en la retaguardia de Arabia Saudita?.

El mismo día que aprobaron la resolución 1973 para detener la inminente masacre de Gadafi contra la ciudad de Bengasi, el presidente Abdalá Saleh, con más de 30 años en el poder y gran aliado de Estados Unidos, ordenaba una carnicería en la capital de Yemen.Si la OTAN es tan humanitaria, ¿por qué no impuso una zona de exclusión aérea cuando a fines del 2008, Israel bombardeó Gaza, mató a 1,300 civiles palestinos, la mitad de ellos niños y niñas, y destruyó más de 20 mil edificios?

Gadafi es un dictador que bombardea a su propio pueblo y debe renunciar cuanto antes.Fue antiimperialista hace décadas, pero desde hace un buen tiempo se convirtió en el mejor aliado de Estados Unidos y de la Unión Europea.

Gadafi es un traidor que abandonó a los árabes, incluidos los palestinos, y ha apoyado a los peores dictadores africanos. Un ladrón que ha llenado las arcas de su familia con miles de millones de petrodólares. (Por cierto, los 200 mil millones congelados en los bancos europeos y estadounidenses, ¿serán devueltos al pueblo libio?).

Pero quienes hoy exigen que Gadafi se vaya –España,Francia, Italia, Inglaterra, Estados Unidos- son los mismos que antes lo recibieron con alfombra roja, le compraron petróleo y le vendieron armas, las mismas armas con que Gadafi está masacrando ahora a su pueblo.A Europa y a Estados Unidos ya no les sirve Gadafi. Necesitan un títere nuevo, uno como Karzai en Afganistán o Al Maliki en Iraq. Un nuevo dictador, impuesto para seguir controlando el petróleo libio, mantener bajo su bastión la zona geoestratégica y neutralizar las rebeliones árabes.

Desde Caravana por la Paz rechazamos la dictadura de Gadafi. Y rechazamos la intervención militar en Libia, de los que ahora quieren presentarse como salvadores del mundo árabe.La resolución 1973 de Naciones Unidas era para evitar una masacre en Bengasi y en tantas ciudades libias insurreccionadas contra Gadafi. Pero lo que está haciendo la aviación de la OTAN es otra cosa. A los resultados nos remitimos. Centenares de personas muertas de las que no se hablan, efectos colaterales.

Sanciones contra Gadafi, sí. Y contra los dictadores que poblan la faz de la tierra. Pero intervención militar no. Nunca.