DOLOR DEL MUNDO

En la traca final de un año,pisamos el acelerador y nos situamos en medio de las miles de contradicciones sobre el consumo,la felicidad,la familia,los deseos,....Un buen saco de pirotecnia barata vendida con alto coste.

Yo mismo también me asomo a esas luces y sombras y no dejo de sorprenderme.Y se me antoja que no es más que una percepción integrada la que digiero a duras penas.

Observo con perplejidad como evolucionamos hacia el éxtasis global cuando se producen acontecimientos de talla y desdeñamos las microanécdotas que cualquier ser humano en un lugar del mundo pudiera vivir.

A mi se nubla a veces la visión y me llega a la cabeza la película del planeta donde se ensartan imágenes díscolas que,sin orden, me crean no se si inquietud pero si desconcierto.

Me llega la escena de que casi 3.000 millones de personas carecen de una vida digna a causa del hambre,enfermedades y desigualdades al fin y al cabo.

Algún político el otro día se posicionaba frente al abuso de los países ricos del empleo de materias primas sin control, y recordaba, como otros tantos, que el desarrollo sostenible en el planeta está seriamente amenazado porque una quinta parte de la población mundial consume irresponsablemente, con la consecuente sobreexplotación de los recursos naturales y el desequilibrio que origina,cuando todos sabemos que las amenazas del planeta,de la desigualdad y la pobreza se encuentran en la forma en que los seres humanos organizamos nuestra actividad política y económica.

Pero quiero huir de los recursos y retórica facilona y tópica para centrar la idea con que esta mañana de diciembre me desperté.

Quiero expresar como hace dos noches en una velada muy agradable mi amiga Carmen, con las maletas abiertas para iniciar una nueva aventura como cooperante, me revelaba como le costaba vivir cada día más su dolor del mundo,su conciencia por insight de lo difícil que lo tenemos para buscar un equilibrio en las desigualdades del planeta.

Y no era una sensación mojigata la que me expresó,es fruto de lo que torpemente hoy quiero haceros llegar: la conciencia despierta de nuestro mundo.

Yo, un liante de las palabras, hoy me enfrento más a mis emergencias personales sin encontrarle demasiado hueco al compromiso social.

Pero se que me encuentro más cerca,preñado de intenciones a punto de concretar.