Y UN SOÑADOR DE SUEÑOS

Me toca sacar del baúl mi acomodo y abrir  el tragaluz para ventilar la humedad que se adhirió a las ideas cansadas.

Quiero  descifrar los códigos que encierran mis costumbres y dan pábulo a sus intenciones. Y dejar que mi pobre juicio fluya sin miedo para abrazar una vez más la libertad de la que dispongo.

Me encontraré atrapado en mi conciencia descubriendo las paradojas del vivir.

Y sin postizos pasaré a relatar mi cambiante credo del que no siento apego.

Porque creo en lo posible, en los matices y en las verdades a medias. Me asusta el axioma indomable que me sostiene en la rigidez que ignora.

Creo en la soledad que conozco y habito. Y en la compañía que me permite deambular por mí mismo. Y en los abrazos que abrigan.

En la realidad aunque sea ambigua y en los sueños que me rescatan del alma.

Merodeo por las aceras del absurdo y me enredo en la conciencia del rídículo para no olvidar que existo.

Creo en el silencio y en el grito, en las corrientes de aire,  en el caminar errante, en el reposo sosegado y en el espacio finito.

Repaso mis temores y dudas. Y mis quietudes domésticas. Y compruebo como azuzo mis creencias en un osado intento por crecer en alto vuelo.

Y fijo mis posiciones, sin rubor ni cautela. Pese a quienes me quieren y atemperan. Y acaricio el cambio, el devenir y la vida. Y me mezo en mi locura para tocar el cielo.

Doy luz a las emociones vivas y pongo un candíl a mis te quieros.  Libero mi apasionamiento

y entrego la energía  que me llena  para no morir en el intento. 

Me siento un pájaro libre.

Y un soñador de sueños.